domingo, 20 de marzo de 2011

Mujeres en lucha: Evita

Para estrenar blog posteo un fragmento de un ensayo sobre la lucha de las mujeres en latinoamerica. Este fragmento está dedicado a Evita, mujer que habita el corazon de muchos argentinos, y sobre todo en el corazon de los jovenes militantes del peronismo revolucionario.
A esos compañeros dedico este post.



" En 1944 irrumpe en la vida social de nuestro país una mujer con sueños de gloria y fama, una actriz, delgada, con la voz algo estridente y nerviosa, hija ilegítima y provinciana, que terminaría convirtiéndose en la mujer más importante en la vida de muchos argentinos, mujer que ha  pasado de ser Eva Duarte a Eva Perón, y de Eva Perón a simplemente Evita.
Evita fue una incansable luchadora por la igualdad de derechos civiles y políticos entre hombres y mujeres. En su primer discurso, el 27 de febrero de 1946, se refiere a la situación de las mujeres en la sociedad:
La mujer argentina ha superado el período de las tutorías civiles. La mujer debe afirmar su acción, la mujer debe votar. La mujer, resorte moral de su hogar, debe ocupar el sitio en el complejo engranaje social del pueblo. Lo pide una necesidad nueva de organizarse en grupos más extendidos y remozados. Lo exige, en suma, la transformación del concepto de mujer, que ha ido aumentando sacrificadamente el número de sus deberes sin pedir el mínimo de sus derechos.”
Eva Perón.
Así, con el impulso de Evita, el 9 de septiembre de 1947 se sanciona la ley 13.010, estableciendo la igualdad de derechos políticos y el sufragio universal.
En 1949 Evita funda el Partido Peronista Femenino, abre unidades básicas femeninas en los barrios, que dio como fruto la elección de 109 mujeres para ocupar cargos públicos en las elecciones generales de 1951. Evita redacta personalmente para la constitución de 1949 los artículos referentes a la igualdad jurídica de los conyugues y la patria potestad compartida. Con la anulación de la constitución peronista en 1955 se pierde la garantía de estos derechos, que no serán otorgados hasta 1985, bajo en gobierno de Alfonsín.
Desde la Fundación Eva Perón, Evita llevaría a cabo sus estrategias de prevención social, convirtiéndose en el hada madrina de los argentinos más humildes y desprotegidos, generalizando las jubilaciones y pensiones, garantizando subsidios, hogares transitorios para mujeres y ancianos desamparados, y buscando soluciones a casos particulares de los más variados, casos que atendía personalmente en su oficina en Paseo Colon, a una cuadra de la Confederación General del Trabajo. Impulsó desde allí la creación de hospitales, escuelas, colonias de vacaciones y asilos, cubriendo las necesidades de un amplísimo espectro social, ancianos, mujeres, estudiantes, trabajadores, y fundamentalmente los niños.
De cara a las elecciones de 1951 en las que, como ya hemos notado, podrían votar por primera vez las mujeres, el pueblo aclama a Evita como candidata a la vicepresidencia, lo que desata una interna dentro del peronismo entre las ramas más progresistas y las más conservadoras, y a pesar del reclamo del pueblo, Evita no se presenta a elecciones, y vota por primera vez el 9 de enero de 1951, postrada en una cama de un  hospital a causa de su cáncer de útero.
Ya en el ocaso de su vida, Evita se radicaliza, revelándose contra las fuerzas armadas y la iglesia:
Me rebelo indignada con todo el veneno de mi odio, o con todo el incendio de mi amor —no lo sé todavía— en contra del privilegio que constituyen todavía los altos círculos de las fuerzas armadas y clericales.”
“A Perón y a nuestro pueblo les ha tocado la desgracia del imperialismo capitalista. Lo he visto de cerca en sus miserias y crímenes. Se dice defensor de la justicia mientras extiende las garras de su rapiña sobre los bienes de todos los pueblos sometidos a su omnipotencia... Pero más abominables aun que los imperialistas son las oligarquías nacionales que se entregan vendiendo y a veces regalando por monedas o por sonrisas la felicidad de sus pueblos.”
Eva Perón, Mi mensaje.
Evita muere a los 33 años el 26 de julio de 1952, sumergiendo al pueblo en un duelo que no sabemos si aun ha superado, dejando en sus descamisados un profundo sentimiento de angustia y desamparo, y un sabor dulce en la boca de los anti-peronistas, que escribían en las paredes de las ciudades “Viva el cáncer”. "